Pingüino, un álbum ilustrado que promete.



Para la mayoría de las personas el verano suele ser su momento más tranquilo, más relajado. Para los adultos una temporada lejos de las preocupaciones y el estrés pudiendo disfrutar de la familia, pareja, hijos y/o amigos. Los niños disfrutan de su familia, el sol, el agua, y hacen nuevos amigos en el parque, la playa, o cualquier lugar, para vivir nuevas historias y aventuras.

A principios de junio y fines de primavera de este año, contacto con Andrés Pi Andreu, escritor cubano que reside en la actualidad en Miami, USA, ofreciéndome la oportunidad de participar en uno de los álbumes ilustrados que tenía escritos en ese momento: “Pingüino”, la historia de un particular animalito que pasa por varios contratiempos tras una gran obsesión que no le permite ver más allá. 

Desde un primer momento me pareció una historia ingeniosa, que tenía una gran carga pedagógica y emotiva a la vez que divertida y que podía dejar una bonita enseñanza al lector. Como siempre me entusiasmó la posibilidad de disfrutar de la nueva experiencia, los retos que se aproximaban y las enseñanzas que me pudieran dejar en su recorrido, tanto a nivel profesional como personal. Este realmente tenía muy buena pinta y prometía mucho.

El primer desafío, como siempre, era ver si funcionaba el trabajo en equipo con alguien que recién conoces, con el ingrediente añadido que, en nuestro caso, no sería en persona ya que uno vive en USA y el otro España, con sus kilómetros de distancia y sus 7 horas de diferencia. Es claro que la tecnología ayuda muchísimos, (bendito Whatsapp) pero eso no quitaba que las dinámicas personales pudieran ser compatibles para hacer este trabajo posible. 
Afortunadamente Andrés resultó ser, además de un gran creativo y escritor, una persona abierta a todo tipo de propuestas y totalmente flexible. Un álbum ilustrado, justamente por el tipo de formato, necesita de esta flexibilidad para su creación ya que se compone de dos partes complementarias, la narración escrita y la ilustrada, y para esto tanto escritor como ilustrador deben dejar sus “enormes egos de artistas” de lado por el bien de la historia. Un buen amigo mío diría algo así como que, un álbum ilustrado funciona, cuando ambas narraciones, escrita e ilustrada, las puedes disfrutar por separado sin necesidad de la otra, y que al unirlas en un mismo camino, se potencien y resulten una nueva historia. 

Una propuesta que llamó mucho mi atención, fue la visión de Andrés, que compartí en su totalidad desde el principio y era un desafío en sí mismo, que si bien haríamos un libro para niños, debíamos hacer posible que un adulto disfrutara de esta historia por igual, ya que somos nosotros, los mayores, quienes comúnmente se las leemos en principio a nuestros peques, y a su vez diera la posibilidad de generar un diálogo entre ambos. Por eso, uno de los objetivos ha sido que hubiera guiños gráficos tanto para un segmento como para el otro.

Entre otras cosas, esto nos llevó a que Pingüino debía tener un lado humorístico importante aunque sutil, sobre ese fondo tan simple como frustrante por momentos para el protagonista. El humor es algo que normalmente en mi trabajo me cuesta un poco más, no así en mi vida cotidiana. Muchas veces tengo el prejuicio interno de adulto, de creer que porque digas algo con  humor pueda perder seriedad, sin embargo no hay mejor manera de tratar algo totalmente serio que a través del humor. Algo por cierto muy presente en la cultura latina, que no podíamos dejar de lado.


En cuanto a la dinámica, Andrés me paso el primer boceto de la historia, hablamos de ella para ver el perfil del personaje, como lo imaginábamos mas allá de la historia en sí  y ante esto propuse no hacer un guión gráfico, sino ir creando página a página según fuera surgiendo, debatiendo cada escena, ya que teníamos el tiempo para poder realizarlo de esa manera. Realmente los bocetos de mi parte han sido muy pocos, más bien a modo de raff y de uso personal, unas líneas bastante infantiles que me familiarizaron con este animalito, sus movimientos, posibles expresiones, etc., y cogí el texto en papel, haciendo algunas anotaciones de las ideas que me iban surgiendo.

Como la dirección artística también sería parte de este trabajo, decidí compartirlo con Pedro, este amigo personal autor de la idea que he mencionado algunas líneas arriba, el cual además de ser un creativo increíble y gran artista, posee una inteligencia y un humor impresionante, ideal para poder mostrarle este trabajo paso a paso. Mi prejuicio con este género, hace que muy pocas veces esté conforme con lo que hago, siempre me invaden las dudas si realmente esas escenas son graciosas, si son una estupidez, o realmente no tienen gracia alguna o sólo para mí. También aproveché sus conocimientos de cine y fotografía, ya que deseaba desde el principio experimentar con diferentes planos y un leguaje más cinematográfico. Si normalmente suelo buscar opiniones diversas entre mis seres queridos, al menos para ver sus reacciones, esta vez buscaba un crítico real, una persona lo más sincera posible con la capacidad de decirte sin anestesia que podría estar muuuuucho mejor o que realmente no sirve para nada.

Pingüino resultó ser un bellísimo relato, donde la parte escrita y gráfica se han potenciado en comunión de una manera increíble, formando una historia tan simple como contundente, con grandes enseñanzas para niños, y también para pequeños adultos que se encuentren identificados con este personaje, y pretendan ver más allá. Un libro con un gran sello personal de este equipo latino a la distancia, que sin dudas podría resultar en muchas otras historias más. Una espléndida vivencia que me ha permitido jugar con un nuevo amigo y otros viejos una vez más, en este mágico parque de creatividad.

Gracias a Andrés Pi Andreu por apostar en mi trabajo y darme la gran oportunidad de compartir y disfrutar de esta historia. Como también a Pedro Díaz, Mariela Mazza, mi pareja Eva María Juárez, mis amigos de siempre, mi hermano Mariano Ferrante, mis padres y mi hijo, por apoyarme incondicionalmente de una u otra manera en este proyecto, como en tantos otros.

+ ilustraciones:

Propuesta de Tapa
Situación
Primera desilución


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